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sábado, 27 de julio de 2013

La mujer que ayudó a huir a los represores

La psicóloga Marta Noemi Ravasi de Olivera, esposa de Jorge Antonio Olivera, uno de los fugados del Hospital Militar, pidió el traslado de su marido desde San Juan a ese nosocomio. El Gobierno denunció para que se investigue a los cómplices.


La psicóloga Marta Noemi Ravasi de Olivera, esposa de Jorge Antonio Olivera, uno de los fugados del Hospital Militar, fue quien solicitó el traslado de su marido y de Gustavo Ramón De Marchi desde San Juan a Buenos Aires.

La mujer trabaja como psicóloga en el Hospital Militar y fue quien presentó el pedido de traslado ante el juez Leopoldo Rago Gallo.
Una vez ingresados, al demorar el turno más de lo debido, personal del Servicio Penitenciario Federal solicitó tomar contacto con los presos, pero ya no estaban. El personal del hospital les informó con mucha demora que se habían fugado.

Por eso se sospecha que tanto Ravasi, como algunos de los empleados de ese hospital, habrían sido cómplices de la fuga.

ay varios testigos de causas por lesa humanidad en San Juan que señalan que Ravasi era informante del régimen en el seno universitario y también en su rol como psicopedagoga en la Dirección de Protección al Menor.
En una carta enviada al General Gustavo Schurlein, quien en 2008 fue relevado del ejercito por asociación ilícita y cohecho en el Ejército, Marta Ravasi dejaba en claro su desprecio por los juicios por la memoria y el actual gobierno.
"Viene hoy a mi memoria una noche de amigos junto a mi esposo en tu casa en Tandil (principios  de  2003 antes que asumiera K. dijiste: éste que asumirá llenará al país de zurdos. Y yo me iré a mi casa como coronel. Estaba Blanquita presente. Recuerdo que tomabas un whisky con Jorge...(...)", indicaba en la misiva.
La historia de la pareja
Los Olivera llegaron a San Juan en 1975 cuando el represor fue designado al RIM 22. Él fue identificado como torturador durante el juicio oral que lo llevó a la cárcel.
Olivera figura en el libro de la Conadep como "torturador", según el testimonio de sobrevivientes. Participó de la rebelión carapintada de la Semana Santa de 1987 encabezada por Aldo Rico y fue dirigente del Modin, el partido del ex militar. También, como abogado, defendió a "Pajarito" Suárez Mason y a Massera.
Jorge Antonio Olivera.


Joven, en San Juan, Olivera se ganó un lugar como asesor del interventor en la Universidad Nacional. Se encargaba de decidir quién iría preso y quién no. Estaba infiltrado en la Facultad de Ingeniería como alumno para supervisar los movimientos internos.
A su vez, ella empezó a trabajar como psicóloga en el Gabinete de Psicología de la Universidad Nacional de San Juan. Ingresó nombrada por el Rectorado y no por concurso, como todas las personas que trabajaban en el lugar, lo que en un principio llamó la atención.
La labor de Ravasi dentro de la Universidad Nacional de San Juan terminó cuando los militares tomaron el poder. Poco después del golpe, Marta Ravasi de Olivera fue designada Interventora de la Dirección de Protección al Menor. Simultáneamente comenzaron las operaciones de Olivera, señalado como el jefe de los operativos en San Juan
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